Memoria deportiva: aprende a mejorar con estos sencillos pasos

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Si bien los ejercicios de respiración como los que se encuentran en la meditación y el qigong son bastante bajos en la escala de actividad física extenuante, han demostrado tener una variedad de impactos positivos en el cerebro.

Los beneficios son triples: la meditación funciona para disminuir el estrés y la ansiedad (lo que puede afectar negativamente al cerebro), detener el deterioro cognitivo relacionado con la edad y mejorar otras funciones cerebrales.

Un estudio de la Universidad de Harvard (EE.UU) descubrió que la mediación de la atención plena puede aumentar el grosor del hipocampo, lo que controla nuestra memoria y aprendizaje, mientras que otro descubrió que los practicantes de meditación de yoga Vihangam se desempeñaron mejor en una amplia gama de pruebas cognitivas en comparación con los no meditadores.

Otra investigación publicada por el Instituto Nacional de Salud (EE.UU) demostró que la meditación puede retrasar o incluso revertir los cambios relacionados con la edad que normalmente ocurren en el cerebro, y que los meditadores tienen más pliegues cerebrales que los no meditadores, lo que puede aumentar la capacidad del cerebro para procesar la información.

Entonces, si bien es posible que no sudes con tu Om-time, debes saber que tu cerebro está recibiendo un gran impulso.

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La memoria de los músculos

El concepto de ‘la memoria de los músculos’ entendido desde el punto de vista de la repetición de un movimiento muchas veces hasta que nuestros músculos lo puedan realizar de manera automática, es un mito.

De hecho, lanzar o golpear un balón una y otra vez (por ejemplo), podría causar fatiga en el sistema nervioso central, provocando que los próximos movimientos o lanzamientos sean cansados, tardíos e incorrectos, lo que perjudica nuestras habilidades motoras.

Las habilidades se ‘acanalan’ en el cerebro a través de la creación de la memoria motora, por lo que lo más recomendable es un proceso de tres pasos para aprender, retener y recordar las habilidades motoras.

Paso 1

Practica una nueva actividad que resulte totalmente diferente a las que ya conoces. Practica el mismo tiro o movimiento de la misma manera hasta que seas capaz de repetirlo con éxito.

Calcula cuántos intentos te ha llevado aprender esta nueva actividad y repítelas la mitad de veces para aprender el ejercicio o movimiento más perfeccionado.

Por ejemplo, si acertar un tiro o recorrido de golf te lleva unos 30 intentos, haz 15 lanzamientos más con esta misma técnica (que sabes que ha funcionado) antes de pasar a la siguiente fase.

Paso 2

Practica esta nueva actividad en un entorno diferente. Realiza la misma actividad pero en situaciones de juego diferentes.

Por ejemplo, si practicaste los golpes de revés en la primea fase, recibiste la pelota en el mismo lugar a la misma velocidad cada vez y comenzaste a dominarla mientras realizabas un 50 por ciento de sobreaprendizaje, comienza a practicar golpes de espalda mientras recibes más corto, más ancho y bolas más profundas.

Si has realizado la práctica original de ese nuevo deporte, en este caso el golf, con una técnica de lanzamiento y siempre con el mismo palo, practica una nueva técnica utilizando un palo diferente (de un grosor o material diferente, por ejemplo).

Cuando hayas repetido lo aprendido en el paso 1 pero en un entorno diferente y con otro material, podrás pasar a la siguiente fase.

Paso 3

Perfecciona la nueva habilidad en un entorno aleatorio. Practica tu swing o lanzamiento en un nuevo entorno de juego. No lograrás golpear las 100 bolas, lanzarlas todas curvas o golpear 100 golpes de revés seguidos durante una ronda, juego o partido.

Haz un drive desde un tee con tu nueva técnica, luego pasa a golpear una plancha larga del césped como lo harías durante una ronda de golf.

Cambia a palos más cortos, terminando con lanzamientos, astillados y golpes para simular jugar un hoyo. Juega varios hoyos simulados más en el campo de prácticas, utilizando la nueva habilidad cada vez que golpees.

Golpea un revés en la línea, luego un golpe de derecha, un golpe de derecha corto y un golpe cruzado de revés mientras corres, terminando con una volea en la red. Vuelva a la etapa variable de práctica si tu swing o lanzamiento se rompe en una práctica aleatoria.

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